Se trata de un generoso vino dulce, hecho con pasas de la variedad Pedro Ximénez. Es elaborado con mosto de uvas pasificadas al sol que descansa durante un mínimo de 12 meses en depósitos de acero inoxidable, se ha embotellado sin filtro ni añadir producto alguno, por lo que se puede tener poso indicativo de su naturalidad. 

Nariz de intenso dulzor y gran riqueza de matices. Predominan los aromas a fruta seca (pasas, higos, orejones y dátiles), que, seguidamente, dan paso a cítricos (zumo de limón y cáscara de naranja).

Las notas de fruta pasificada retornan en boca, donde el vino se muestra amplio, pleno de sensaciones y equilibrado y ligero, pese a su grado alcohólico y contenido en azúcar (450 gr). Final untuoso, largo y persistente, que deja un intenso gusto a miel y a pasas y un agradable toque cítrico.