Descripción
Sin duda conocemos la excelente capacidad del Caíño para extraer las singulares características de nuestro terroir y a pesar de ello, no deja de fascinarnos como nos concede, un año más, su clara mineralidad, matices salinos y tímidos aromas de roca quebrada que le aportan elegancia y complejidad.
Por supuesto muestra frutosidad, marcada por notables aromas de melón maduro y melocotón, acompañados de sugerentes recuerdos de hierbas aromáticas y lichis, finalizando su recorrido aromático con un cautivador fondo de pastelería y especiado de lías finas.
Pero lo que más nos seduce de La Mar es su plenitud gustativa. En cuanto entra en contacto con la boca resulta portentoso, es un vino que nos llena el paladar con su untuosidad, resultando carnoso, jugoso y con una estructura poco habitual en un vino blanco. En paralelo se muestra delicado, sedoso y fresco gracias a una excelente acidez que favorece su apreciable capacidad de envejecimiento.
Debido a su especial modo de elaboración y al carácter de esta variedad conviene abrir el vino un tiempo antes de degustarlo.
Potencial de maduración/envejecimiento:
En su salida al mercado muestra de forma clara las excelentes características varietales y en un futuro de al menos cinco años, irá evolucionando en botella ganando complejidad y madurez
Temperatura óptima de consumo: entre los 10ºC y 12ºC.
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